domingo, 24 de mayo de 2015

Una levadura para hacer droga casera

Una levadura para hacer droga casera

FotoUn equipo de expertos en biología sintética ha desarrollado un microbio que podría hacerle sombra a muchas compañías farmacéuticas y asestarle un golpe mortal a los grandes traficantes de drogas. Se trata de una levadura similar a la que se usa para hacer pan o cerveza y que ha sido modificada genéticamente para transformar azúcar en opiáceos como la morfina o la codeína, la base de muchos fármacos contra el dolor. Hasta ahora, la única forma de producir estas sustancias y otras como la heroína era cultivando la planta del opio.
El logro es tan prometedor como peligroso, según los expertos. Por un lado abre la puerta a la producción de fármacos muy baratos y sin necesidad de plantas. Por otro puede inaugurar una nueva era en la que cualquier persona pueda producir derivados del opio caseros con un equipo de fermentación básico.
Esta nueva levadura es un hito de la llamada ingeniería metabólica. Su objetivo es conseguir que organismos fáciles de manipular genéticamente como las bacterias o las levaduras imiten los procesos bioquímicos que realizan las plantas para producir sustancias de alto interés. El mayor logro de la biología sintética en este campo probablemente ya ha salvado decenas de millones de vidas. Se trata del desarrollo de bacterias y levaduras que producen artemisinina, el principal fármaco contra la malaria, de forma segura y mucho más barata que el método tradicional de conseguirla, a partir de la plantaArtemisia annua. Del mismo modo, varios equipos de científicos llevan años intentando reproducir en microbios los quince pasos químicos que realiza la planta de la adormidera. Varios de ellos ya se habían conseguido, aunque aún quedaban los primeros y más complicados.
En un estudio publicado hoy en Nature Chemical Biology, investigadores de EE UU y Canadá presentan un nuevo tipo de levadura de cerveza (Saccharomyces cerevisiae) modificada genéticamente que consigue realizar ese último paso. En concreto transforma la tirosina, un derivado de la glucosa, en reticulina. Trabajos anteriores ya han mostrado cómo producir opioides fundamentales como la codeína o la morfina a partir de la reticulina usando otros microbios modificados.
“Con nuestro estudio, quedan descritos todos los pasos y ahora solo queda unirlos y llevar el proceso a escala industrial”, explica John Dueber, uno de los líderes del trabajo, en un comunicado de prensa difundido por la Universidad de Berkeley. Conseguirlo no es “trivial”, pero sí “factible”, añade.

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